Cuando las lámparas halógenas y otras de incandescencia se regulan, cambian siempre color hasta alcanzar una temperatura de color más cálida. Esta tecnología se llama “warm dimming” o “dim to warm”.
Actualmente, el deseo de muchos es adoptar esta tecnología para varias aplicaciones: en el sector hospitalario y residencial, incluyendo, especialmente, hoteles, restaurantes y viviendas particulares donde el propósito de la regulación es transformar el entorno en un lugar más cálido y más acogedor. Es evidente que una temperatura de color más cálida mejorará aún más este efecto.
La solución que proponemos es combinar estos dos chips en el LED COB para que juntos irradien un espectro lumínico capaz de proporcionar el máximo rendimiento designado cuando se requiere, reproduciendo, a la vez, la misma iluminación ambiental difusa creada naturalmente con la regulación de las fuentes luminosas de incandescencia.
En esta configuración, la fuente de potencia es un solo driver que reduce gradualmente la entrada de amperaje de acuerdo con la salida de luz deseada. Cuando la potencia que llega a los chips es limitada, por consecuencia la mezcla de sus temperaturas de color fijas individuales se equilibra. Los grados de rendimiento se combinan en función del nivel de regulación seleccionado siguiendo una escala progresiva decreciente, a partir desde el valor más alto hasta el más bajo.
Esta tecnología puede ofrecer una gama de regulación desde el 100% hasta el 10% con un cambio de temperatura de color muy delicado desde un máximo de 3000K hasta un mínimo de 2000K. Fundamentalmente, se logra mantener un flujo lumínico elevado durante todo el período de garantía de la lámpara (normalmente cinco años).
No obstante esta tecnología se haya desarrollado principalmente para satisfacer las necesidades de una regulación cálida (warm dimming) en el sector hospitalario y residencial, con ella se han obtenido otros beneficios muy valiosos en términos de eficiencia energética y vida de la lámpara.