La iluminación para el sector de la hostelería contribuye de manera significativa a la experiencia del visitante, además de cumplir la función esencial de la visibilidad.
En el lobby de un hotel, por ejemplo, la relación armoniosa entre iluminación funcional y decorativa realiza la atmósfera que influye en la primera impresión del visitante. En una habitación de hotel, la luz desempeña un papel más práctico pero al mismo tiempo flexible, con la posibilidad de regularla según las necesidades.
En los bares y los restaurantes, independientemente de la ubicación, las luces plasman la atmósfera más adecuada, asumiendo un papel determinante para distinguir los espacios en los distintos ambientes. Por ejemplo, los pasillos utilizados por el personal suelen estar más iluminados que las mesas y las sillas.
En los salones de conferencia es necesaria la máxima flexibilidad para acoger las diferentes actividades que se realizan en tales espacios. En estos casos, la iluminación debe gestionarse con un sistema de control adecuado y de fácil uso para el personal.
En todos estos ambientes, al igual que para la iluminación exterior, hay que considerar el coste energético y los requisitos de mantenimiento de los aparatos durante todo el tiempo de uso.
Como consecuencia de todas estas necesidades, una iluminación eficaz para el sector de la hostelería requiere el empleo de diferentes aparatos y temperaturas de color. Entre éstos encontramos los aparatos empotrados, la iluminación de techo y de pared, las suspensiones y los elementos decorativos para las habitaciones. Estas soluciones utilizan con creciente frecuencia lámparas de LED para reducir los costes al mínimo.
Desde el punto de vista de un gestor de proyecto, es muy conveniente trabajar con un colaborador como Reggiani, con una amplia cartera de productos de alta eficiencia energética que responde plenamente a todas las exigencias posibles.