Con el término “iluminación general” o “iluminación de ambiente” se hace referencia al nivel global de iluminación de un determinado ambiente. En la mayoría de los ambientes de trabajo, el nivel mínimo de luz general se establece según pautas y mejores prácticas que garantizan seguridad y permiten desarrollar las actividades cotidianas y laborales de manera confortable y eficiente.
La iluminación general de un ambiente puede realizarse con sólo luz artificial o con una combinación de luz natural con luz artificial. En estos casos, ya es una práctica difundida regular el nivel de luz artificial según la cantidad de luz natural que entra en el espacio para mantener un nivel eficiente y al mismo tiempo reducir los consumos energéticos.
La introducción de nuevas fuentes luminosas de LED también ha permitido regular la temperatura del color de la luz artificial para reproducir la luz del día en sus diferentes tonalidades, creando una sensación de mayor naturalidad en el ambiente.
El color de la iluminación general, cuando ésta se integra con sofisticados sistemas de control, se puede modificar a lo largo de la jornada para reproducir las variaciones naturales de la luz durante el día y entre las estaciones.
En aplicaciones de tipo retail, la iluminación general crea el fondo sobre el cual la luz de acento pone en evidencia el merchandising o determinadas zonas. En estos casos, la interacción entre iluminación general y de acento es fundamental para crear el clima adecuado para la experiencia de compra del consumidor.
En los ambientes de trabajo, la luz general se puede integrar con una iluminación para aplicaciones específicas, para asegurar mejores niveles luminosos o coloraciones adecuadas para determinados fines.